domingo, 12 de agosto de 2007

Cacho que se devuelve…

-¿De nuevo con tu ex? ¡No, niña! Chivo que se devuelve…

-Se evita destruir una familia. Créeme, Amanda, que esta chivita no quiere achicharrarse en el infierno…

-Ay, mamita… Como si eso no fuese a caducar: El Vaticano abolió el limbo, pronto abolirán el infierno y no tendrás a qué temer o, mejor aún, abolirán el cielo y no tendrás a qué aspirar…

-No me jodas, Amanda. Quiero conservar la miseria de bondad que sobrevive dentro de mí…

-Y que se va al traste cuando aparece el tipo, ¿o no? Dime que no te vuelves gelatina cuando se acerca, que no te provoca arañarle el pellejo…

-¡Por Dios, Amanda!

-Sí, ya sé… “Tiene esposa y niñitos”. Siempre sales con lo mismo, Ángela, que no puedes acercarte a Julio… Pero, seamos honestas… ¿Qué pasa cuando sientes su olor en los pasillos?

-Caigo fumigada, como si fuera Baygon…

-¡Mentira! Caes rendida, como si fuera un palito de incienso de esos que quemas por todas partes. No te caigas más a coba y métele el pecho a esto de robarte ese marido. Total, chica, si no te lo robas tú, se lo roba otra…

-¿Para ti no existen finales felices, no?

-¡De bolas que existen! Y el tuyo está ahí, a la vuelta de la esquina, pero ni a coñazos vuelvas con tu ex…

-Amanda, mi ex me ama y es mío…

-¿Y qué fue lo que hizo con la árabe aquella? ¿Rezar el Corán?

-Sí, lo sé, me montó colosales cachos, pero yo tenía la conciencia tranquila…

-Y ya sabes que a pesar de esa conciencia tranquila la traición no te dejaba dormir. El punto es el siguiente: O eres el cacho y te gozas tu espíritu atormentado o eres la legal y te padeces el goce de la otra…

-Eres una perra, Amanda…

-Y tú una santurrona que aspira ser como yo. Vamos, chica, deja varado a Manuel y llama a Julio, invítalo a…

-¿A comer?

-O a tirar…

-¡No!

-De acuerdo… a comer…

No hay comentarios: