-Julio, estaba pensando que tenemos tiempísimo sin hablar y, tú sabes, los panas no se pueden abandonar tanto así…
-He estado full, Ángela. Lo siento. Pronto volverá la normalidad, el estrés justo de siempre, y no este infierno de ahora…
-Bueno… es que te extraño.
-¿En serio? Eso significa que quieres que vayamos a algún sitio, a algo, ¿no?
“Dale, haz lo que te dijo Amanda. Sé el cacho de una vez por todas. A fin de cuentas ya no eres virgen ni tienes veinte años. Avíspate. Ahora o nunca”…
-¿Y si vamos a tirar?
-¿A qué?
“¡Maldito colegio de monjas; estorbosa conciencia!”
-A tirar el estrés, chico, tú sabes… liberar tensiones. Un almuerzo con dos cervezas bien frías…
-Ah, pensé que te habías animado a materizalizar este amor…
Apreté la tecla roja del celular. “Luego le diré que me quedé sin saldo”, pensé mientras me persignaba.
domingo, 12 de agosto de 2007
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2 comentarios:
pero que guevon julio
jajaj la conciencia te traiciono.
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