domingo, 12 de agosto de 2007

A tirar, digo… a comer

-Julio, estaba pensando que tenemos tiempísimo sin hablar y, tú sabes, los panas no se pueden abandonar tanto así…

-He estado full, Ángela. Lo siento. Pronto volverá la normalidad, el estrés justo de siempre, y no este infierno de ahora…

-Bueno… es que te extraño.

-¿En serio? Eso significa que quieres que vayamos a algún sitio, a algo, ¿no?

“Dale, haz lo que te dijo Amanda. Sé el cacho de una vez por todas. A fin de cuentas ya no eres virgen ni tienes veinte años. Avíspate. Ahora o nunca”…

-¿Y si vamos a tirar?

-¿A qué?

“¡Maldito colegio de monjas; estorbosa conciencia!”

-A tirar el estrés, chico, tú sabes… liberar tensiones. Un almuerzo con dos cervezas bien frías…

-Ah, pensé que te habías animado a materizalizar este amor…

Apreté la tecla roja del celular. “Luego le diré que me quedé sin saldo”, pensé mientras me persignaba.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

pero que guevon julio

mariasolita dijo...

jajaj la conciencia te traiciono.